La calle Besares, en el barrio de Núñez, guarda algo más que la promesa del amor para los que la recorran
con atención. A la altura del 1800 existe un discreto sitio de puertas vidriadas,
con una pequeña rampa en la entrada. Al tocar el portero eléctrico la ciudad
queda atrás por unas horas: Besares Club
de Cultura recibe a los caminantes con pizzas, hamburguesas, knishes y diversas
propuestas artísticas.
En esta noche de septiembre se presenta Mamachas, grupo de
música latinoamericana conformado por Adriana Duval, Tatiana Kreckler, Julietta Mónson y Fernanda
Villar. El repertorio contiene temas
propios y versiones de canciones de Lhasa de Sela, Violeta Parra y Natalia Lafourcade entre otras. Qué he ganado con quererte abre el show
con un clima intimista, que luego da lugar a la aguda y vivaz sonoridad norteña
del huayno Mariposacha. A
continuación, Tan alta que está la luna combina
la multiplicidad de voces con la austeridad instrumental en la que sólo un
bombo acompaña. Los sonidos de la tierra despliega la potencia rítmica al compás de la
guitarra, el charango, el bombo y la percusión. El ímpetu se mantiene con Musiquita robótica, tema propio que discurre
sobre la conducta humana y el planeta. Llora
tus penas explora el juego vocal que gana texturas con las armonizaciones y
el acompañamiento con cajón.
Tengo en la voz, solo con guitarra y a dos voces, genera un tono confesional
donde el recuerdo del dolor deviene en la propuesta de días nuevos y con
encuentros. La celestina, El pájaro y Se
derrumba recuperan el conjunto de voces e instrumentos y agrega un acordeón,
que enriquece tanto desde lo rítmico como lo melódico. La saya afroboliviana Vienes y te vas incursiona en otro tipo
de cadencias, y Dignificada recorre por estrofas a cada
cantante, revelándola en su singularidad. Derecho
de nacimiento cierra el show con la fuerza de la unidad y la búsqueda de la
felicidad trascendente. El público pide bis y dos canciones extra concluyen el espectáculo.
Con más de dos años de trayectoria, Mamachas ofrece la riqueza
de la diversidad vocal e instrumental fundada en la variedad climática y la profundidad
de la exploración sensible y sincera. El espíritu de juego y el humor inmediato
agregan la frescura de la espontaneidad. Son cuatro, son cada una y son tantas más que
cantan a través de ellas. En esta noche
de invierno primaveral, el beso sutil y decidido de la música de Mamachas pasó
por Núñez amando e inspirando.
para escucharlas: http://mamachas.bandcamp.com/track/los-sonidos-de-la-tierra
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